Capítulo V
Continuación (IV)
IV. Anakefalaíosis y antropología cristiana: acabamiento y universalidad del proyecto de Dios en los seres humanos, hombres y mujeres reconciliados y realizados auténticamente: con sentido último de la realidad, en comunidad y paz, ecuménicos y copartícipes de la transfiguración y liberación del cosmos.
1. Las
cuestiones relativas al fin del universo desde el punto de vista de las
ciencias en su estado actual
1. De
entrada es necesario precisar una incógnita: son muy diferentes los alcances
que tiene una pregunta por “el fin del mundo” según el lugar desde el cual
queramos formularla, por cuanto es bien desigual hacerlo desde las perspectivas
de la física y de los problemas relativos a la humanidad entera y al cosmos, p.
ej., (la denominada “escatología general”[1], o, como prefieren algunos,
“anteposhistórica”), que hacerlo desde aquellas de lo que solemos denominar
como la “escatología individual” (o “posmortuoria”), que trata acerca del
estado del ser humano después de su muerte[i].
En uno y otro caso, sin embargo, las ópticas o perspectivas desde las que se
las examina deben considerar las concepciones que las personas tengan acerca de
la humanidad, de la tierra y del cosmos, de la materia, e, incluso, acerca de
Dios[ii].
Y todo esto se suele mezclar, muchas veces sin criterio de distinción
suficiente, creándose, así, una verdadera confusión, sobre todo, cuando hay de
por medio “simbologías”, “numerologías”, ansiedades y angustias en relación con
“el fin del mundo”.
2.
Comencemos la exploración sobre “el fin del universo” presentando una rápida, y
seguramente incompleta, visión de conjunto de los principales descubrimientos
de “última hora” efectuados por los cosmólogos, es decir, de aquellos datos que
han sido informados y divulgados en los novísimos años, a propósito de nuestro
tema. Esta búsqueda nos reporta el balance recogido en el siguiente cuadro,
elaborado a partir de las reseñas recogidas por Pedro J. HERNÁNDEZ[2]:
Fecha
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Fluctuaciones
de la radiación cósmica de fondo (constante
cosmológica=energía de vacío)
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Universo plano
(modelo estándar)
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Alternativas a
modelo estándar
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Materia oscura
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Temperaturas
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Densidad del
universo (de la materia)
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Corrimiento al
rojo = Objeto a Distancia máxima observada
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Nuestra
galaxia
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26 Nov de 1999
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Un contraste 0.85< WM+WL <1.25.
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19 Feb de 2000.
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Universo en expansión
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Z = 5.5, el más alejado entre los cuásares: 13,000 millones de años luz; galaxia: z = 6.68:
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15 marzo de 2000.
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Se formó en su mayor parte en un proceso rápido, que duró entre 500
y 1.000 millones de años, sólo un 5 por ciento de su edad total.
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13 de abril de 2000.
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27 de Abril de 2000-
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Concluyen que el universo
es plano, o dicho de
otra forma, que la densidad total de energía es igual a la
densidad
crítica. confirma el modelo estándar actual basado en los escenarios inflacionarios de los
primeros instantes del universo
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10 de mayo de 2000.-
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Corresponde a un universo plano con un parámetro de
densidad de materia WM ~ 0.3
, y una contribución de la energía de vacío WL~ 0.7 ,
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21 de diciembre de 2000.
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Espectro de los átomos de carbono pertenecientes a una nube
molecular aislada con un alto desplazamiento al rojo (z = 2.34).
La luz de la nube nos llega desde una época remota del universo, cuando este tenía sólo
alrededor de un quinto de su edad actual y muestra que la temperatura del
fondo cósmico de microondas rondaba los 10K (unos 263 grados centígrados bajo
cero).
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11 de enero de 2001.
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La constante de Hubble revisada, situando ésta en el intervalo 64-80
km/s/Mpc.
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4 de abril de 2001.
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El universo no había
empezado una expansión acelerada en esa época, situación consistente con
modelos de universo que
incluyen la existencia de una constante cosmológica o en general
"energía oscura"
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La supernova
más lejana Dicho brillo no es particularmente mucho más débil que el observado
en supernovas a desplazamiento al rojo en torno a 1,
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23 de abril de 2001.
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25 de abril de 2001.
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Expansión del universo confirmada.
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60 supernovas de varios desplazamientos al rojo encontrando que su
duración es proporcional a (1+ z), siendo z el desplazamiento al rojo
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28 de abril de 2001.
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Paul Steinhardt: Ekpyrotic Universe, utilizando el término
griego antiguo "Ekpyrosis" que significa conflagración. un
espacio-tiempo inicial de cinco dimensiones que contiene dos
subespacios-tiempos de (3+1) dimensiones (técnicamente 3-branes), uno de los
cuales corresponde a nuestro espacio-tiempo "visible" y el otro se
denomina "oculto"
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1 de mayo de 2001.
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Anisotropías
del fondo cósmico de microondas compatibles con los
escenarios inflacionarios
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8 de mayo de 2001.
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Los nuevos datos observaciones procedentes de diferentes métodos y
concluyen que todo es perfectamente compatible con el modelo
estándar del Big Bang + inflación.
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25 de mayo de 2001.
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Primer mapa de las oscilaciones acústicas que se
estaban produciendo en el plasma que formaba el universo cuando este tenía unos ~ 300,000 años (z ~ 1500): estas mismas
oscilaciones pueden ser detectadas en la distribución de materia actual (z ~ 0.1)
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Nuevos resultados avalan la consistencia del modelo estándar del Big
Bang Caliente.
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20 de Junio de 2001
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Los neutrinos tienen masa que Ahmad et al. estiman en
algún lugar entre 0.05 y 8.4 eV para la suma
de los tres tipos de neutrinos. Esto implicaría una contribución escasa a la
densidad de materia del universo,
situada en algún lugar entre 0.001 y 0.18 de la densidad
crítica.
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6 de agosto de 2001.
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Presencia del gas hidrógeno neutro que tuvo que dominar el universo
desde la época de la
recombinación (z ~ 1000) hasta
épocas más recientes cuando los primeros cuásares empezaron a
brillar y a reionizar el medio gaseoso neutro (z ~ 6).
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16 de noviembre de 2001.
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Evidencia de materia oscura en un halo galáctico.
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Evidencias de un halo de materia oscura en la galaxia enana
esferoidal Draco (satélite de la Vía Láctea y situada a
unos 230,000 años luz de distancia) unas 200 veces más masivo que el conjunto
de todas las estrellas de la galaxia.
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11 de enero de 2002.
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El desolador ocaso del universo eterno. El País publica en su suplemento futuro un artículo con las
conclusiones del trabajo Lawrence M. Krauss y Glenn D. Starkman (Krauss L.M. & Starkman 1999. Life, The
Universe, and Nothing: Life and Deah in an Ever-Expanding Universe) que han
intentado retratar las posibilidades del futuro lejano del universo y las
posibilidades de supervivencia de la vida (descrita como un proceso de
intercambio de información en un sistema material) en un universo en expansión acelerada. Un universo
que se acelera 'sería el peor universo posible, tanto para la calidad como
para la cantidad de vida', dice Krauss, quien añade: 'Todo nuestro
conocimiento, civilización y cultura están destinados a caer en el olvido. No
hay futuro a largo plazo'
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7 Feb 2002.
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Una tenue nube de estrellas situada
a 13 mil 400 millones de años luz de la Tierra. La nube contenía cerca de un
millón de estrellas -- mucho menos que las galaxias típicas que ocupan el
Universo de hoy en día, y que están formadas por cientos de miles de millones
de estrellas. Ellis y sus colegas creen que la nube podría constituir un
cúmulo estelar de primera generación formado como unos mil millones de años
después del Big Bang.
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9 abr. 2002.
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Confirmación de la aceleración del universo y estimación
de la constante
cosmológica 0.65 < WL < 0.85W
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24 abr. 2002.
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Nueva estimación de la edad del universo. El HST ha
servido esta vez para medir la edad
de las enanas blancas del cúmulo globular M4. Para ello se ha utilizado
modelos de enfriamiento de estas estrellas, resultando que las enanas más
viejas rondan los 12-13 mil millones de años (Hansen 2002). El universo
debería ser al menos mil millones de años más viejo que esa cantidad para que
pudiese formarse la Galaxia.
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26 abr. 2002.
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Un comentario bastante
crítico sobre el nuevo modelo de universo propuesto por Paul Steinhardt y
Neil Turok y publicado on-line por la revista Science el 25 de Abril (Steinhardt & Turok 2001a, Steinhardt & Turok 2001b). El modelo
está basado en el mismo escenario que han denominado Ekpyrotic Universe (ver
noticia del
28/04/2001) pero recuperando ahora la vieja idea de un universo que pasa por
ciclos sucesivos Big Bang/Big Crunch.
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23 mayo. 2002.
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El mapa del Fondo Cósmico de Microondas más preciso
de la historia compatible con los resultados recientes de BOOMERANG, DASI y
MAXIMA (ver noticia Mayo de 2001) y corroborando los resultados de estos
dos y la viabilidad del nuevo modelo estándar en cosmología.
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14 junio 2002.
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Detección fallida de materia
oscura. La detección de WIMPS (Weak
Interactive Massive Particles --partículas masivas de interacción débil--)
sería probablemente la corroboración más espectacular de la existencia de materia no
bariónica (como necesaria en el escenario actual de Inflación+ Big Bang+CDM) y el inicio
observacional de la física de
Gran Unificación.
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9 octubre 2002.
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23 octubre 2002.
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El cuásar
más lejano. Hoy se ha presentado el espectro de un cuásar con desplazamiento al rojo record de
6.4.
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7 enero 2003.
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La velocidad de la gravedad. Kopeikin &
Fomalont afirman haber medido
una velocidad de propagación de la gravedad igual a la velocidad de la
luz,(¿?)
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11 feb. 2003.
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Constante de
Hubble H0 = 71 ± 4 km/s/Mpc; Parámetro de
densidad de materia
bariónica Wb h2
= 0.0224±0.0009 (con h = H0/100).; Parámetro de densidad de
materia (bariónica + exótica) Wm h2 = 0.135±0.009
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Edad dinámica
del universo con estos parámetros t = 13.7 ± 0.2 giga años (el lector
puede hace su propio cálculo utilizando este javascript)
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9 de enero de 2004.
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Nuevas pruebas de la precisión de la Teoría General de la
Relatividad.
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19 de julio de 2004.
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Inflación algo más robusta. Comparando las
fluctuaciones de densidad a gran escala (del orden de mil millones de años
luz) presente en el Fondo Cósmico
de Microondas y las derivadas del estudio de la emisión Ly-a Forest debido a
fuentes interpuestas entre cuásares lejanos y
nosotros (del orden de millones de años luz) Seljak et
al. (2004) han extraído un valor preciso para el índice
espectal n = 0.98 +/- 0.02 claramente
compatible con n = 1 que es la predicción de los escenarios inflacionarios.
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11 de enero de 2005.
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Los equipos de los surveys de
galaxias Sloan Digital Sky Survey y 2 Degree Field Galaxy Redshift Survey afirman haber
encontrado el pico acústico observado
desde hace varios años en el fondo cósmico de microondas. La medida de la
densidad está de acuerdo con la deducidas por WMAP. dentro de un 5% de error.
La combinación de ambas medidas da un valor muy preciso (menos del 1% de
error) del parámetro de
densidad W = 1.01 ± 0.009.
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12 de enero de 2006.
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¿Es la energía oscura debida a la constante
cosmológica? La revista Nature se hace hoy
eco del trabajo del astrónomo
Bradley Schaefer de la Louisiana State University que parece preliminarmente
indicar que la energía oscura que provoca la expansión acelerada del universo
descubierta con los estudios de supernovas de tipo Ia se debería no
a una constante cosmológica sino a un tipo de energía oscura que varía con el
tiempo.
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18 de enero de 2006.
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La desaparición de la amenaza
fantasma. En la noticia del
12 de enero comentábamos los resultados de un estudio preliminar que apuntaba a
que la energía
oscura podría estar variando con el tiempo de una manera algo exótica.
Determinadas observaciones de supernovas de tipo Ia parecían
favorecer el mismo tipo de variación. Sin embargo H. K. Jassal, J. S. Bagla and T.
Padmanabhan 2006 comparan observaciones de supernovas de mayor
confianza con los datos del fondo cósmico de microondas para concluir
que el modelo de energía oscura como constante cosmológica sale
favorecido.
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22 de marzo de 2006.
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Nuevos datos de WMAP. El diario El País de hoy se hace eco del anuncio del 16 de marzo del
tercer año de datos de la misión que mejoran el posible rango de variación de
los parámetros cosmológicos. Lo más relevante es que los escenarios inflacionarios salen
favorecidos y la energía
oscura es de momento indistinguible de la constante cosmológica.
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El modelo
estándar de un universo
plano de materia
oscura en expansión acelerada dominado por
la contribución de la constante cosmológica recibe un
nuevo espaldarazo.
|
Esquema
45
Los
datos recogidos, como puede verse, insistirían en confirmar especialmente la
teoría denominada del “modelo estándar de la cosmología”, a la que hicimos
amplia referencia en la sección relativa a la Encarnación de este mismo
capítulo (cf. supra, cap. 5°, I.2.a.1)a)3, p. 750ss). [2bis]
Dichos
datos, desde el punto de vista fáctico, nos permitirían hacer sólo una
afirmación: “existimos”, dados los presupuestos de donde venimos. No
existiríamos si los presupuestos hubieran sido otros. Y no hay cómo hacer esta
comprobación. Tales datos, obtenidos mediante el trabajo realizado por los
astrofísicos, nos proporcionan información numérica valiosa sobre parámetros de
significación cosmológica (ritmo de expansión del Universo, abundancias primordiales de núcleos ligeros, temperatura
del fondo cósmico de microondas, densidad media de la materia, etc.). En el
presente, la cosmología es una respetada rama de la ciencia, erigida sobre la
observación y la teoría, en la que confluyen los esfuerzos de los astrofísicos
y de los físicos de partículas. La pregunta por un “sentido” último y total del
universo parece ser respondida, al menos por algunos de los sucesos citados, en
orientación negativa:
“Una idea relacionada con la cosmología
cuántica, desarrollada por Hawking, junto a Jim Hartie, es que la firma
distintiva de un tiempo puede borrarse cuando el campo gravitacional es muy
fuerte. Tal idea se basa en un uso ingenioso de las propiedades de los números
imaginarios. (Los números imaginarios son todos los múltiplos del número 1, que
se define como la raíz cuadrada de menos uno). Esta intromisión en la
naturaleza del tiempo, forma parte de la hipótesis «sin fronteras» de la
cosmología cuántica de Hartie y Hawking. Puesto que en esta teoría, el tiempo
pierde las características que lo separan del espacio, el concepto de comienzo
en el tiempo no tiene sentido. Espacio-tiempo con esta firma carece de
fronteras. No hay big-bang, no hay singularidad porque no hay tiempo,
sólo otra dirección del espacio. Esta perspectiva del Big-bang, considera que no
hay creación, puesto que la palabra «creación» implica una especie de
«antes y después» si el tiempo no existe, entonces el Universo no tiene comienzo. Preguntar qué ocurrió antes del
Big-bang, es como preguntar que hay más al norte del Polo Norte. La pregunta
carece de sentido.”[3]
Estallido de rayos gamma
Con
tales datos, sin embargo, no estamos apuntando en la presente sección hacia
atrás, hacia la cuestión sobre el “origen”, sino, por el contrario, hacia el
futuro, hacia el “final” del cosmos – y no sólo de nuestro planeta Tierra[5] –. Inclusive, así como algunos
autores se niegan a afirmar, con base en los datos mencionados, la posibilidad
misma de proponer una pregunta por el “comienzo” de universo, otros, con base
en idénticos datos, afirman la imposibilidad de plantear una pregunta por un
“final” del mismo; más aún, como veremos enseguida, algunos proponen la teoría
de los múltiples comienzos y finales del universo.
Inquiriéndonos,
pues, por los escenarios que desde la física actual se suelen exponer sobre el
“final” del universo, algunas de las hipótesis van en una triple dirección:
“No sabemos aún que puede
pasar con el universo; sabemos
una cosa cierta, que este se está expandiendo y lo hace a un ritmo cada vez más
rápido. Algunas preguntas que podemos plantearnos son: ¿Se expandirá
infinitamente el universo hasta
el fin de los tiempos? ¿Volverá
a contraerse por la fuerza de la gravedad? ¿Se quedará estático como Einstein
deseaba? ¿Se "romperá" (big rip) el espacio tiempo? ¿Volverá a
"resetearse" volviendo a empezar desde 0, en un proceso cíclico hasta
el fin de los tiempos? ¿Quién
sabe?... La pregunta es fundamental pero no para nuestra importancia como
especie perdida en este rincón de la vía láctea. Ya que todos los posibles
destinos finales del universo
ocurrirán dentro de billones de años y, con toda seguridad, nosotros ya no
estaremos aquí [al menos materialmente]. Sino como sentido último, la causa
primera del ser y de todas las cosas. Estos son algunos de los posibles
destinos que se plantean para el final de nuestro universo:
1. Big Crunch: Quizá fuese este uno de los primeros modelos teóricos en elaborarse. Una vez que se había llegado a la conclusión de que el universo se había originado por el Big bang, no fue difícil plantearse la cuestión a la inversa, como si fuese una película que se rebobina hacia atrás. La fuerza de la gravedad provocaría en determinado momento una desaceleración de la expansión del universo haciendo que, llegado a un punto crítico, este empezase a contraerse hasta convertirse, otra vez, en un punto o singularidad. Como decíamos este escenario es poco probable que ocurra ya que las mediciones indican que el universo se está acelerando[6].
1. Big Crunch: Quizá fuese este uno de los primeros modelos teóricos en elaborarse. Una vez que se había llegado a la conclusión de que el universo se había originado por el Big bang, no fue difícil plantearse la cuestión a la inversa, como si fuese una película que se rebobina hacia atrás. La fuerza de la gravedad provocaría en determinado momento una desaceleración de la expansión del universo haciendo que, llegado a un punto crítico, este empezase a contraerse hasta convertirse, otra vez, en un punto o singularidad. Como decíamos este escenario es poco probable que ocurra ya que las mediciones indican que el universo se está acelerando[6].
2. Big Rip: Si el universo se está acelerando... La
primera pregunta que habría que plantearse es ¿Por qué?, ¿Cuál es la fuerza que
está operando en el universo
para provocar este efecto? Los científicos la han llamado la energía oscura.
Una suerte de campo que, contrario a la gravedad, haría que los cuerpos con
masa se repelan unos de otros. El escenario que se nos plantea es bastante
triste ya que las galaxias se alejarían una de las otras, las estrellas se
irían apagando una a una y acabaríamos en la completa oscuridad. Pero más
inquietante podría ser si como predicen algunos esbozos de la teoría de la
gravedad cuántica, el espacio-tiempo, llegado a un nivel de distensión enorme,
podría empezar a "romperse" literalmente[7].
3. El universo cíclico: Una última teoría
plantea el hecho de que el universo
pase por ciclos de expansión, que sería cuando se formarían las galaxias y las
estrellas, y luego llegaría un momento que volvería a empezar desde 0. Como un
reseteado, una gran energía haría que todo volviese a empezar. Pero... ¿Qué
tipo de energía y de dónde vendría? Pues por rocambolesco que pueda sonar, este
universo estaría emparejado con
otro universo cercano, que
también se estaría expandiendo igual que este, y llegado a un punto de
encuentro mutuo, se produciría una "colisión" dando lugar a un reseteado
de todo cuanto existe. La materia se convertiría de nuevo en un plasma
enormemente caliente. Y volvería a empezar a condensarse. Así hasta el fin de los tiempos[8].
En fin, estas son tres formas para un posible final del Universo pero no las únicas. Lo que sí
parece dejarnos claro es que, el universo, al menos el material, no tiene mucha
razón de ser. Y parece casi como si fuese un accidente el mero hecho de que
exista”[9].
Básicamente,
los datos que hemos expuesto, procedentes de la astrofísica, nos conducen, al
menos, hacia dos explicaciones principales, a las que, como se puede ver por el
cuadro antes presentado, en los últimos años se ha sumado una tercera. Esta, al
parecer, no ha tenido acogida, y, por el contrario, se ha demostrado, más bien,
carente de suficiente argumento. Tales dos teorías explicativas son:
1ª) La
pregunta por el “fin del universo” se maneja sólo con los principios o leyes de
la termodinámica, o de la
transformación de calor en otras formas de energía. Tales leyes son dos y en su
formulación dicen así: en primer lugar, que “la energía no puede ser creada ni
destruida, sólo puede ser transformada”[10]; y en segundo lugar, que “en
cada transformación de la energía se pierde parte de su capacidad para crear
trabajo útil. La energía misma no se pierde, puesto que lo prohíbe la primera
ley, se transforma en algo llamado entropía”[11]. En conformidad con tales leyes,
“Para crear trabajo útil a
partir de un sistema es necesario que este se halle ordenado, y la entropía
mide el desorden de dicho sistema. Por tanto, sucede que en cada proceso de
creación de trabajo útil en cualquier lugar, se produce un aumento de la
entropía del universo y se
pierde parte de su “utilidad”. Algún día toda la energía del universo se habrá transformado en
entropía. Esto en cuanto a la capacidad del universo para generar trabajo, crear estructuras y, en definitiva,
para ser útil.”[12]
2ª) Con
todo, a raíz de los descubrimientos de Albert EINSTEIN[13] a comienzos del s. XX sobre la
“teoría de la relatividad” – particular, primero, y luego generalizada – y de
los realizados por otros prestantes físicos como Niels BOHR (1885-1962) y John
WHEELER (1911-) – Hugh EVERETT (1930-1982), comenzó la denominada “física cuántica” en sus dos versiones, según
se considere en cada una de ellas el “papel que desempeña el observador” de los
fenómenos: o bien, “el observador crea la realidad” (“Interpretación de
Copenhague de la física cuántica”), o bien, “el observador da origen a muchas
realidades coexistentes que se separan unas de otras” (“Interpretación de los
muchos mundos de la física cuántica”)[14]. Esta física cuántica llevó a
replantear muchos de los postulados newtonianos y a conjugarlos con los de la
termodinámica, por cuanto
“En el mundo físico, según
la teoría cuántica, cada entidad posee una naturaleza dual. En la física
clásica, se utilizaban dos conceptos distintos para describir los fenómenos
naturales diferenciados: las ondas y las partículas. Las cosas que
anteriormente percibíamos como partículas (objetos del tamaño de un punto), a
veces pueden comportarse como ondas. Los fenómenos que antes percibíamos como
ondas, a veces pueden comportarse como partículas. Posteriormente, estas
partículas se dieron a conocer como fotones. La aceptación de la naturaleza
cuántica de la energía (y de la luz), sólo fue el comienzo de la revolución que
fundó la mecánica cuántica moderna. Un aspecto importante, de esta dualidad
onda-partícula, y el principio de indeterminación. Tal principio, formulado por
Heisemberg, afirma que no se puede conocer la velocidad y la posición de una
partícula independientemente de la otra. Este principio es cuantitativo y no se
aplica sólo a la posición y el impulso, sino también a la energía y el tiempo,
y a otros pares de cantidades conocido como «variables conjugadas.»”[15]
Ahora
bien: aplicadas estas nociones al caso del “fin del universo” se pueden
plantear las siguientes hipótesis:
“En cuanto a su final
definitivo como ente hay dos opciones:
Dos posibles escenarios:
Como sabemos, la teoría
inmensamente aceptada dice que el universo
se originó en una gran explosión, llamada comúnmente Big Bang. Desde aquel momento, y como consecuencia del empuje de
ese violento nacimiento, se halla en expansión. Mientras, por otro lado, la
materia tiende a atraerse por la fuerza de la Gravedad, la cual hace que
intente contraerse de nuevo. La pregunta es si hay bastante materia, y por
tanto suficiente interacción gravitatoria entre todos los objetos del Cosmos,
para frenar la expansión, y la respuesta cada vez más aceptada es que no la
hay. En tal caso viviríamos en lo que se llama un universo abierto. Sin embargo, no se descartan sorpresas. Se sigue
buscando materia que haya escapado hasta ahora a nuestros instrumentos de
observación y que podría cambiar las cosas. Es la llamada materia oscura […] Si la gravedad
vence a la expansión viviríamos en un universo
cerrado. Así las cosas, hay dos posibles finales según el universo sea cerrado o abierto.
Final de un universo
cerrado:
Tras una expansión cada vez
más lenta, el universo comenzará
una fase de contracción, pasando por las mismas fases que experimentó en su
crecimiento pero en orden contrario. Según una curiosa teoría, llegados a este
punto los acontecimientos se sucederán en sentido inverso a como se vivieron en
los tiempos de expansión, es decir, y por poner algunos ejemplos cercanos: en
lugar de nacer saldríamos de nuestras tumbas y tras una vida antagónica a la
normal volveríamos al útero de nuestras madres; la lluvia sería hacia arriba y
el alimento saldría de nuestro estomago en lugar de ser ingerido; los goles
saldrían de la portería de fútbol en lugar de entrar. Esto supondría que la
entropía también funcionaría al revés, de forma que comenzaría a disminuir,
invirtiendo la segunda ley de la termodinámica. Lógicamente, esta teoría no es
fácil de comprobar experimentalmente. Sea como sea, el universo volverá a contraerse en un único punto, en un proceso que
se suele denominar Big Crunch,
algo así como gran crujido, y se cree que con posterioridad volvería a renacer
en una nueva explosión. Esto sería lo más parecido a un universo eterno, con sucesivas “muertes” y “nacimientos”. Sin
embargo, y como ya he dicho, este escenario parece cada vez más descartado.
Final de un universo abierto:
Los cálculos más recientes
indican que dentro de aproximadamente un trillón de años (un 1 seguido de 18
ceros) la materia de las galaxias habrá sido absorbida en su gran mayoría por
gigantescos agujeros negros, por lo que el cielo estrellado del que disfrutamos
ahora en las noches claras habrá dejado de existir. La poca materia que escape
a esto, mucho tiempo después, dentro de 100 billones de trillones de años (un 1
seguido de 32 ceros) habrá ido sufriendo un proceso según el cual sus
principales componentes, los protones, se descompondrán. Este es un hecho
bastante aceptado, aunque todavía no se ha demostrado de manera experimental
que los protones cuenten con una vida finita, pero se está en ello. Finalmente,
según el eminente físico Stephen
Hawking, también los agujeros negros tienen un final, dado que emiten
radiación que les va restando masa, y llegado un momento ni si quiera quedarán
estos cuerpos súper masivos en el universo.
Dentro de 1 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000 000
000 000 000 de años (año arriba, año abajo) no quedará ninguna
estructura actual del universo y
sólo subsistirá una radiación cada vez más dispersa y desordenada. Será el
triunfo final de la entropía. Y este sí que será el fin de los tiempos”[16].
Con
todo, parece que estos procesos generales relativos a la entropía son
aplicables sólo en ámbitos “macroscópicos”, y no en los “microscópicos”, que
poseen unas condiciones e interrelaciones propias:
“Hay al menos otras dos
ramas de la teoría física que plantean preguntas sobre la «flecha del tiempo».
Una surge directamente del principio físico de la segunda ley de la
Termodinámica. Esta ley establece que la «entropía» (o desorden) de un sistema
cerrado nunca disminuye. La entropía es una medida del desorden de un sistema,
o que tal desorden siempre tiende a incrementarse. Tal ley es una afirmación
«macroscópica»: alude a cuerpos grandes, como una máquina de vapor, pero (no a)
una descripción microscópica de átomos y estados energéticos proporcionados por
la mecánica estadística. Las leyes que rigen estos microestados son
perfectamente reversibles respecto al tiempo”[17].
Así,
pues, el “modelo cosmológico estándar”, ataviado con componentes como la
inflación, las anisotropías del baño de microondas y sus picos acústicos, y el
hallazgo inesperado de aceleración en el ritmo de expansión del Universo, inferida de la disminución
de luminosidad aparente de varias decenas de supernovas de tipo IA muy lejanas,
es el nuevo sistema del mundo con que este milenio comienza confiado ante la
perspectiva de una cosmología de precisión. Basados en estos y en otros
cálculos e interpretaciones de los mismos, encontramos, sin embargo, que
“Los físicos esperan que,
con el tiempo, lograrán unificar a las tres fuerzas básicas en una única teoría
denominada GUT (Grand Unified Theory), en la que tanto trabajó Einstein sin
resultado apreciable, tratando de unificarla con la teoría de la gravedad. El
primer paso, en esa dirección, consistiría en incorporar la física cuántica a
la teoría de la gravedad, con la finalidad de crear una teoría de la gravedad
cuántica. Si alguna vez se consigue, la próxima tarea consistirá en tratar de
unificar la gravedad cuántica con una teoría unificada completa. El resultado
de este esfuerzo, sería una Teoría del Todo. Según Stephen Hawking,
conocerla, sería como «conocer la mente de Dios», utilizando una metáfora […]
Otra cuestión importante
relacionada con las leyes de la física y vinculada con el inicio mismo del
espacio y el tiempo da lugar a las interpretaciones idealistas de algunos
físicos, que estudian los comienzos del Universo
hacia una filosofía idealista neoplatónica, que defiende que lo que realmente
existe son las ecuaciones matemáticas de la denominada «teoría del todo» (por
ahora desconocida), en vez del mundo físico de la materia y la energía. Una
«teoría del todo» estaría compuesta de un paso adicional hacia la unificación
de las leyes de la física, hasta incluir la gravedad cuántica. Sin embargo, la
búsqueda de la Teoría del todo, también plantea interesantes preguntas
filosóficas. Algunos físicos, Hawking entre ellos, considerarían la
construcción de una teoría del todo como una lectura de la mente de Dios. Pero
Hawking ha expresado con frecuencia, en muchas de sus citas, que no cree en
algo parecido al Dios cristiano. En realidad, su noción de un mundo sin
fronteras (y por lo tanto, sin un comienzo y un final) descrito en todos sus
aspectos por una única teoría matemática del todo, no deja espacio para ningún
creador. No obstante, Hawking cree que cuando la teoría del todo se descubra
(si eso llega a suceder) se explicará que el Universo tiene un significado y cuál es nuestra función en él,
aparte de permitirnos «saber porqué existe el Universo». Hawking cree que es posible sustituir la religión y la
metafísica por una teoría que incluya todas las leyes de la naturaleza. Pero las
preguntas filosóficas sobre el Universo,
incluirán inevitablemente algunas que no pueden responderse en el marco de las
matemáticas. Por otra parte, la utilización por Hawking de la metáfora «la
mente de Dios», recuerda la también utilización de la metáfora por Einstein, en
su crítica al indeterminismo en física, al manifestar que «Dios no juega a los
dados». Es curioso que ateos, o no creyentes como Einstein y Hawking, utilicen
tales metáforas divinas. Quizás debido a sus insuficiencias filosóficas no les
permite emanciparse del todo de sus anteriores creencias religiosas.”[18]
3. Pero
no sólo la física afronta nuestra pregunta. Vistas las cosas ahora desde las
perspectivas de la biología y de la antropología física en relación particular
con los seres humanos y a su futura conformación corporal, en unas
implicaciones que afectan ámbitos como el de la ortodoncia, para citar alguno,
también las opiniones están en cierto modo divididas, a tenor de lo que
investigaciones como la de Pedro SARMIENTO y Adriana HERRERA dan a
conocer cuando escriben:
“Otros autores creen que los
terceros molares ausentes son evidencia de una línea evolutiva hacia la
presencia de menos dientes. Uno de los puntos de vista que soporta la teoría de
la evolución se basa en la presunción de que los maxilares han ido disminuyendo
su tamaño durante la evolución humana, probablemente como resultado de una
reducción evolutiva en el tamaño corporal genéticamente determinado, concepto
que justifica sobre todo la gran incidencia de agenesia de los terceros
molares inferiores. Sin embargo,
Wallace estudiando fósiles de Australophitecus, Paranthropus y Homo temprano,
observó agenesia de terceros molares con erupción retrasada en un Homo temprano de dos millones
de años de antigüedad, además encontró que la frecuencia de las erupciones
dentales es muy similar a la del hombre moderno por lo que sugiere que desde
hace dos millones de años al presente, la historia evolutiva del desarrollo
dental del Homo ha sido muy lenta y que cada vez más la ontogenia ha rebasado
la filogenia”[19].
4. Por otra parte, debemos también tener en
cuenta que, junto al deseo que han manifestado algunos de pretender explicar
desde los textos bíblicos y de la revelación judeo-cristiana los hechos
científicos relativos al origen del universo, también han existido quienes han
pretendido hacerlo en relación con el final del mismo, inquiriendo por el cómo,
de qué manera, sucedería esto, en todos sus detalles… y a la manera
“predictiva” de las ciencias experimentales. Ya lo hemos considerado en su
momento un error del que se ha arrepentido la comunidad eclesial, y un error en
el que no deberíamos los creyentes volver a incurrir. Porque tal propósito se
podría asimilar al intento de quienes, desde el lado de las ciencias y en clave
científica, pretendieran hacer sus explicaciones sobre la “recapitulación
universal” en Cristo – el por qué y el para qué últimos –: a éstos, como a
aquéllos, habría que repetirles la expresión de San Agustín: “si comprehendis,
non est Deus”. Bien lo afirma Joseph RATZINGER cuando señala que “la existencia
cristiana no consiste en escudriñar el futuro, sino, de un lado, en el don del
Espíritu Santo y, de otro, en el testimonio universal de los discípulos a favor
de Jesús crucificado y resucitado (cf. He
1,6-8)”[20].
Otra
cosa bien distinta es plantearnos el problema considerando un dato más que
existe al respecto. La cuestión relativa al futuro[21] – como también lo es la que se
refiere al pasado, según vimos – no está excluida de las preguntas que, a lo
largo de la historia también se han hecho, conforme a su propia índole, las
diversas religiones, a causa de la incertidumbre que la rodea y ante el
“silencio de Dios”. Más aún, ellas han formulado formas de predecir el futuro.
De este hecho da testimonio, p. ej., el libro del Dt (18, 9-12) que señala:
“Cuando hayas entrado en la
tierra que Yahwéh tu Dios te da, no aprenderás a cometer abominaciones como las
de esas naciones. No ha de haber en ti nadie que haga pasar a su hijo o a su
hija por el fuego, que practique la adivinación, astrología, hechicería o
magia, ningún encantador ni consultor de espectros, ni adivino, ni evocador de
muertos. Porque todo el que hace estas cosas es una abominación para Yahwéh tu
Dios y, por causa de estas abominaciones, desaloja Yahwéh tu Dios a estas
naciones delante de ti”.
Así,
pues, las diversas hipótesis concernientes al futuro de la humanidad y, más
ampliamente, al futuro del cosmos entero, no podían ser objeto del ejercicio de
adivinos y similares, al menos en el caso de Israel[22]. Por eso, muy cuidadosamente
los “profetas” debían distinguirse y distanciarse de aquellos y de su manera de
proceder. Pienso que la propuesta que comenzó desde ellos – Moisés incluido,
cf. Dt 34,10 – fue la de considerarse
a sí mismos, a los pueblos y a todos los demás seres que les rodeaban, desde la
perspectiva totalmente innovadora de la fe, y, desde ella, efectuaban una
pregunta por el sentido tanto del presente como del futuro.
5. Otro hecho, que no podemos soslayar, tiene que ver con una pregunta – alguno pensará brusca, inoportuna – que plantea BENEDICTO XVI a propósito de una problemática que está sobre el tapete, y se ventila no con la profundidad debida. En nuestros tiempos somos testigos de una honda e incompatible disyuntiva – ¿a resolver por mayorías simples, o cualificadas? - : por una parte, existen quienes de diversas maneras desean – a toda costa y a todo costo - “prolongar la vida”; por la otra, hay quienes consideran imperioso eliminarla, ya que la vida es, o se (les) ha vuelto “intolerable”, una “condena”:
“Pero entonces surge la cuestión: ¿De verdad queremos esto: vivir eternamente? Tal vez muchas personas rechazan hoy la fe simplemente porque la vida eterna no les parece algo deseable. En modo alguno quieren la vida eterna, sino la presente y, para esto, la fe en la vida eterna les parece más bien un obstáculo. Seguir viviendo para siempre – sin fin – parece más una condena que un don. Ciertamente, se querría aplazar la muerte lo más posible. Pero vivir siempre, sin un término, sólo sería a fin de cuentas aburrido y al final insoportable. […] Es cierto que la eliminación de la muerte, como también su aplazamiento casi ilimitado, pondría a la tierra y a la humanidad en una condición imposible y no comportaría beneficio alguno para el individuo mismo. Obviamente, hay una contradicción en nuestra actitud, que hace referencia a un contraste interior de nuestra propia existencia. Por un lado, no queremos morir; los que nos aman, sobre todo, no quieren que muramos. Por otro lado, sin embargo, tampoco deseamos seguir existiendo ilimitadamente, y tampoco la tierra ha sido creada con esta perspectiva. Entonces, ¿qué es realmente lo que queremos? Esta paradoja de nuestra propia actitud suscita una pregunta más profunda: ¿qué es realmente la «vida»? Y ¿qué significa verdaderamente «eternidad»? Hay momentos en que de repente percibimos algo: sí, esto sería precisamente la verdadera «vida», así debería ser. En contraste con ello, lo que cotidianamente llamamos «vida», en verdad no lo es.”[23]
Se
trata de la afirmación de tres hechos: por una parte, de la existencia real de
la “vida” y, por otra parte, de la caducidad de la misma, hecho que está
llamada a compartir con la tierra, probablemente con el resto del universo.
Pero existe un tercer hecho: la percepción subjetiva, existencial, de los
hechos anteriores, y, especialmente, de la perplejidad que ellos suscitan en
nosotros.
6. Si miramos nuestro planteamiento actual “humano” sobre el asunto – que, en principio, por supuesto, encierra las preguntas de las ciencias –, tiene éste que ver con la pregunta sobre si existe, o no, algún sentido último y total – más aún, un Sentido – mediante el cual, o hacia el cual, particularmente los seres humanos[24], en general, pero todo el cosmos, en general, se dirigirían.
En efecto, estamos ante esta experiencia de la necesidad de preguntarnos por un sentido y de dar un sentido a la existencia que se manifiesta de una manera típica en los seres humanos; pero, como lo hemos venido afirmando a todo lo largo de este capítulo, éstos han de ser considerados como parte y expresión del universo, solidarios, por lo tanto, uno y otro en su suerte, nunca opuestos uno a otro. De ahí que “el sentido” deba estar “ya” presente, de alguna manera, en los ínfimos y/o primigenios estratos del cosmos.
Se trata de una pregunta que, a lo largo de la historia de la humanidad, ha recibido tantas y tan diferentes respuestas, que en muchos autores ha motivado y sigue motivando en el presente, de inmediato y como en muy pocos otros asuntos sucede, la cuestión acerca de Dios[25]. Pregunta que necesariamente debemos hacer ahora – e implícitamente hemos hecho ya, cuando nos referimos a la aparición del homo sapiens o de las culturas más antiguas: cuando en Atapuerca o Altamira, o en Egipto, o en la China, o en América se enterraba a otros hombres (cf. cap. 5°, I.2.a.1)f)28, p. 789ss) –: ¿era ello signo de hominzación y de humanización? O, por el contrario, ¿se trataba, acaso, sólo de una pregunta suscitada por la “inquietud” que originaba en tales pueblos “la propia estructura social” que pretendían imponer los “grandes imperios” en los que vivían”? ¿Era una muestra más del azar, lo mismo que la persistencia de la misma? ¿Está dicha “inquietud” en el origen de los “milenarismos”?[26] ¿Qué tienen que ver estas observaciones con la anakefalaíosis? Lo cierto del caso es que, en el campo filosófico grecorromano, la pregunta se hizo explícita a partir, se dice, del materialismo monista desarrollado por los estoicos, entre quienes se menciona a Panecio DE RODAS (±185-109 a. C.)[27].
Notas de pie de página
[18] José María LASO PRIETO: “Nuevas concepciones del universo”: en El Catoblepas 37 marzo 2005 6 (consulta noviembre de 2006): http://www.nodulo.org/ec/2005/n037p06.htm Téngase en cuenta también lo dicho sobre el “modelo estándar” en la nt. 2045.
[19] La literatura a la que hace referencia este artículo (al cual le he conservado su manera de trabajar el aparato crítico) es la siguiente: “7. Shafer W, Hine M, Levy B: A textbook of oral pathology. 4ª ed. Philadelphia: WB Saunders Company; 1977; 3. Cuairán V, Gaitán L, Hernández A. Agenesia dental en una muestra de pacientes ortodónticos del Hospital Infantil de México Rev ADM 1996; 53: 211-215; 8. Anderson B, Thompson G, Popovich F. Evolutionary dental changes. Am J Phys Anthropol 1975; 43: 95-102; 9. Wallace J. Gingival eruption sequences of permanent teeth in early hominids. Am J Phys Anthropol 1977; 46: 483-493”. En cuanto al artículo de la referencia: Pedro SARMIENTO - Adriana HERRERA: “Agenesia de terceros molares en estudiantes de odontología de la Universidad del Valle entre 16 y 25 años en: Colombia Médica 35/3 (Suplemento 1) 2004, en (consulta enero 2007): http://colombiamedica.univalle.edu.co/Vol35No3supl/body/cm35n3sa2.htm
[20] De San Agustín, Sermo 52, 16: PL 38, 360. De RATZINGER, Joseph (BENEDICTO XVI): Jesús de Nazaret. Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección Ediciones Encuentro – Planeta Madrid 2011 332.
[1] Además de lo que hemos advertido en el cap. precedente sobre la anakefalaíosis en Cristo, proponemos aquí una bibliografía mínima sobre la relación de la escatología, la parusía y la esperanza en la perspectiva de la antropología teológica: del siempre recordado Mario GUTIÉRREZ JARAMILLO, S. J.: La esperanza de la vida introducción a la escatología cristiana CEJA Bogotá 1998; id.: “La esperanza que compromete en la historia”, en ThX 48/3 jul.-sep. 1998 289-312; id.: “La encíclica Spe salvi del papa Benedicto XVI en la dialéctica de la esperanza activa”, en ThX 59/2 168 jul.-dic. 2009 394-422; del Profesor Santiago DEL CURA ELENA: “Spe salvi y la Escatología cristiana”, en J. Santiago MADRIGAL TERRAZAS (ed. lit.): El pensamiento de Joseph Ratzinger, Teólogo y Papa San Pablo - Universidad Pontificia Comillas Madrid, 2009 149-194; id.: “La esperanza del juicio último: Cristo, juez y salvador”, en: Jesús GARCÍA ROJO - José Román FLECHA ANDRÉS (aut.): Salvados en esperanza: comentarios a la encíclica de Benedicto XVI "Spe salvi" Universidad Pontificia de Salamanca Madrid 2008 263-300; id.: “Vida eterna: La esperanza cristiana del 'cielo' en nuestro horizonte cultural y religioso”, en Burgense Collectanea Scientifica, 46/1 2005 11-62; id.: “Escatología y vida cristiana”, en: Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra Servicio de Publicaciones de la Universidad de Navarra Pamplona 2002.
[2] “Últimas noticias”, en (consulta noviembre de 2006): http://astronomia.net/cosmologia/cosmonews.htm Véase también sobre otras posibles fuentes de luz y energía:
Miguel ARTIME: “Cuaderno de ciencias. Así será el final de universo”, 20 de
octubre de 2010, en: http://es.noticias.yahoo.com/blogs/ciencia_cultura/as-ser-el-final-del-universo-p5061.html
[2 bis] Como se está diciendo, el problema del "Big-Bang" ha sido tratado en el cap. IV en el lugar indicado, Véase también la nt. 20bis (nt. 2271)de dicho cap.
[3] José María LASO PRIETO: “Nuevas concepciones del universo”: en El Catoblepas 37 marzo 2005 6 (consulta noviembre de 2006): http://www.nodulo.org/ec/2005/n037p06.htm
[4] Afirma el citado Pedro
J. Hernández: “24 de marzo de 2008. La mayor
explosión jamás detectada. Se trata del estallido de rayos
gamma (Gamma Ray Burst) GRB080219B observado por el satélite Swift
de NASA y posiblemente a un desplazamiento
al rojo en torno a z = 1 cuando el universo tenía la
mitad de tamaño que en la actualidad. El objeto alcanzó una magnitud
en el visible de 6 – el límite observable a ojo desnudo – y su magnitud absoluta calculada está en torno a -38, lo que representa un brillo unas
2,5 millones de veces mayor que el de la supernova
más brillante jamás observada. Podemos
ver el breve estallido en el visible gracias al instrumento Pi of the Sky del Observatorio de Las Campanas. En las notas de prensa cometen
el error típico de situar el GBR a 7,5 mil millones de años-luz. Pero ese es
en realidad el tiempo que ha estado viajando la luz hasta nosotros. Mientras,
el universo ha duplicado su tamaño y esa distancia se ha convertido en algo más
de 10 mil millones de años-luz”. En: “Últimas noticias”, en (consulta abril de 2008): http://astronomia.net/cosmologia/cosmonews.htm
[5] “Un vistazo hacia el sur de nuestros cielos
en una noche estrellada de invierno, en dirección a la constelación de Orión,
nos permitirá ver una estrella rojiza y brillante llamada Betelgeuse. Estaremos
asistiendo entonces a la visión de lo que será nuestro Sol dentro de unos 7.500
millones de años, que es el tiempo que los cálculos más recientes consideran
que tendrá que transcurrir desde ahora para que eso suceda. Y, entonces, ¿qué
pasará con el sistema planetario y con la Tierra? El crecimiento desmesurado
del Sol en esa fase hará que los dos planetas más cercanos, Mercurio y Venus,
sean engullidos y literalmente evaporados al caer en su interior. Los cálculos
sugieren que en esa fase el radio solar no llegará hasta la Tierra. Sin
embargo, el Sol pasará por una segunda fase expansiva, 200 millones de años
después, cuando el helio del núcleo comience a transformarse en carbono y
oxígeno a través de nuevas reacciones termonucleares. Entonces, su capa
exterior se volverá inestable, sufriendo contracciones y expansiones,
inflándose y desinflándose, y es en esa fase de pulsaciones cuando se calcula
que la superficie solar alcanzará muy probablemente la órbita terrestre. La
fricción de la Tierra con la materia del Sol - en muy baja densidad en sus
partes externas - hará caer a nuestro planeta siguiendo una órbita espiral
hacia el interior de nuestra estrella. Se estima que la evaporación y
destrucción final de la Tierra acontecerá cuando ésta se encuentre a una
profundidad de una fracción del radio solar actual y alcance una temperatura de
unos 300.000 grados. […] Mucho antes de que todo esto acontezca, la vida habrá,
sin duda, desaparecido de la Tierra. Suponiendo que no suceda ningún
cataclismo, como por ejemplo el impacto de algún asteroide u otro cuerpo
gigante con nuestro planeta, el crecimiento continuo del radio solar y de su
luminosidad harán aumentar paulatinamente la temperatura terrestre. Como
consecuencia, se producirá una evaporación del agua de los océanos que podrá
llevar a la Tierra a un efecto invernadero desbocado como el que observamos en
Venus, en donde la masiva atmósfera de dióxido de carbono eleva las
temperaturas hasta los 400 grados. Cuando toda el agua oceánica se evapore, la
presión atmosférica en la superficie alcanzará unas cien veces su valor actual.
Dado que el vapor de agua es un eficaz agente invernadero, tan enorme cantidad
en la atmósfera hará subir fuertemente las temperaturas. Alcanzados los 150
grados, ninguna forma viviente sobrevivirá en ese tórrido ambiente. Se estima
que este proceso puede comenzar dentro de unos 1.000 ó 2.000 millones de años.
El hombre está así abocado tarde o temprano, si de perpetuar su especie se
trata, a salir de la Tierra y asentarse en los mundos cercanos. Marte, por su
proximidad y características, parece obviamente ser la primera estación. Estas
hipótesis toman en consideración solamente los efectos externos -
esencialmente, la evolución del Sol - sobre el destino final de nuestro
planeta, que se antoja realmente lejano. Sin embargo, quizá la amenaza para la
especie humana esté más cerca, resida en ella misma y en el mal uso que de los
avances tecnológicos pueda hacer. A corto plazo, parece pues evidente que
nuestra preocupación por el destino final de la Tierra no debemos buscarla en
el espacio exterior, sino en nosotros mismos…”: Agustín SÁNCHEZ LAVEGA: “El
destino final de la Tierra”, phttp://www.infoastro.com/200201/14tierra.html
Mirar en lontananza hacia el posible desenlace de nuestro universo no debe alejarnos de las preocupaciones del presente, todo lo contrario. Al referirme al océano y al nivel de los mares comparto la preocupación de cuantos, con suficientes y valederas razones, han reclamado la atención sobre ellos. Porque, ciertamente, y en relación con el cuidado que debemos tener de los mares y océanos, y sobre “la necesidad de una gobernanza multilateral encaminada a la búsqueda del bien común y equipada para operar a nivel global y regional, guiada por el derecho internacional e inspirada en el principio de subsidiariedad y el respeto de la dignidad de cada persona humana (Laudato Si ', 174)", el Cardenal Secretario de Estado Pietro PAROLÍN, en nombre del Santo Padre Francisco, se ha dirigido a la cuarta Conferencia de alto nivel “Our Ocean” (Nuestro océano) dedicada al tema Un océano para la vida, organizada por la Unión Europea y celebrada en Malta del 5 al 6 de octubre de 2017. “Este año, además de continuar con el compromiso en los sectores de las zonas marítimas protegidas, de la pesca sostenible, de la contaminación marina y de la lucha contra la repercusión del cambio climático en los océanos, se han añadido los temas de la economía azul y de la seguridad marina, centrados en el Mar Mediterráneo y los Océanos Atlántico e Índico”. Véase el texto (consulta del día): http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/10/06/uhn.html
[6] La apreciación siguiente la tomamos del texto de José María LASO
PRIETO: “Nuevas concepciones del universo”: “La presencia de una singularidad
al principio del Universo, es
algo muy negativo para el modelo del Big-bang. A escala cosmológica, el
Big-bang parece tener una dirección predilecta, tal y como lo describimos en
nuestro artículo «Las flechas del tiempo». Nuestro Universo se expande en vez de encogerse, pero podría estar
derrumbándose y describirse con las mismas leyes. ¿O podría ser que la
discrecionalidad del tiempo que observamos es elegida por la expansión a gran
escala del Universo? Hawking y
otros expertos han especulado, sobre que si viviéramos en un universo cerrado que al final dejara
de expandirse, y empezara a contraerse, entonces el tiempo empezaría a
contraerse y a correr hacia atrás durante la contracción. Hawking estuvo
convencido durante un tiempo de que así tendría que ser, pero después cambió de
opinión”: en: El
Catoblepas 37 marzo 2005 6 (consulta noviembre de 2006): http://www.nodulo.org/ec/2005/n037p06.htm
[7] Un desarrollo más amplio de esta teoría puede verse en el escrito
(junio de 2003) de Pedro GONZÁLEZ-DÍAZ: “El colapso final del Universo no es
inevitable gracias a la oscuridad del cosmos. Una nueva teoría cosmológica
descarta el fin del mundo a partir de toda la oscuridad del Universo”, en
(consulta noviembre de 2006): http://www.tendencias21.net/index.php?action=article&id_article=68037. De
igual manera, en: Margherita HACK – Pippo BATTAGLIA – Walter FERRERI: Origine e fine dell’universo UTET
Librería Torino 2002 231-236.
[8] La conexión siguiente se encuentra en este lugar en el texto: (http://www.astroseti.org/vernew.php?codigo=2281)
Un dato
tomado en el día de hoy de las noticias de la prensa, indicaría que la
producción de “nuevos” soles en el universo estaría cercana a un 5% más de los
actuales, y que el momento de mayor “formación” de los mismos habría ocurrido
cuando el universo, estimada su edad en más de 13 mil millones de años,
aproximadamente estaba en sus 5 mil millones de años. Véase la nota de RCN,
que, a su vez, reproduce la noticia de EFE (22 de noviembre de 2012) en: http://www.rcnradio.com/noticias/estudio-asegura-que-el-universo-ya-no-producira-mas-estrellas-34062
[9] Bajo el seudónimo XanKaiSen: “Tres finales para un universo
sinsentido”, en (consulta noviembre de 2006):
http://xankaisen.blogspot.com/2006/06/tres-finales-para-un-universo.html
[10] Para ver el desarrollo más amplio, y las aplicaciones, de esta
ley, cf. Alan LIGHTMAN: Grandes ideas de
la física, o. c., p. 756,
nt. 2039, 53-55.
[11] Para ver el desarrollo más amplio, y las aplicaciones, de esta
ley, cf. Alan LIGHTMAN: Grandes ideas de
la física, o. c., p. 756,
nt. 2039, 65-68.
[12] Tomado del texto “El final del universo” de quien se firma
“Aristarco el Bolchevique”, en: http://www.nodo50.org/arevolucionaria/Articulosdic02/findeluniverso.htm.
[13] Einstein revolucionó la física de Newton y la “gravedad”. Fue
principalmente Newton quien proporcionó los tres principios fundamentales de la
física del movimiento: 1) Todos los cuerpos avanzan, en un estado de reposo de
movimiento uniforme, en línea recta, a menos que les apliquen unas fuerzas que
les obliguen a cambiar de estado. 2) El ritmo de cambio del impulso, es
proporcional a la fuerza aplicada y sigue la dirección con la que actúa esa
fuerza. 3) Por cada acción, siempre se produce una reacción igual y opuesta. La
idea de un Universo regido por
las leyes de Newton, dominó el pensamiento científico durante más de dos
siglos. Pero aparte de esto, los descubrimientos de Newton señalaban a un
Cosmos predecible, que funcionaba como un reloj.
[14] En el caso de la primera “sostiene que con anterioridad a la
medida de un objeto, el objeto no tiene una existencia física definida. Con
anterioridad a la medida, la existencia de un objeto y sus propiedades pueden
únicamente describirse por medio de probabilidades”. En el caso de la segunda,
“un objeto sí tiene una existencia física con anterioridad a la medida. De hecho,
el objeto existe en todas sus condiciones y posiciones posibles. Cada una de
estas existencias diferentes se produce en un mundo separado”: Alan LIGHTMAN: Grandes ideas de la física, o. c., p. 756, nt. 2039,
216-217.
[15] José María LASO PRIETO: “Nuevas concepciones del universo”: en El
Catoblepas 37 marzo 2005 6 (consulta noviembre de 2006): http://www.nodulo.org/ec/2005/n037p06.htm
[16] Tomado del texto “El final del universo” de quien se firma
“Aristarco el Bolchevique”, en (consulta noviembre 2006): http://www.nodo50.org/arevolucionaria/Articulosdic02/findeluniverso.htm.
La referencia que se hace a Stephen HAWKING,
puede verse en su obra: Historia del
tiempo. Del Big Bang a los Agujeros negros RBA Editores Barcelona 1993,
especialmente el capítulo 8, “El origen y el destino del universo”, pp.
155-187. En este capítulo menciona el autor su asistencia a una “conferencia
sobre cosmología, organizada por los jesuitas en el Vaticano” (p. 156): “La Iglesia
católica había cometido un grave error con Galileo, cuando trató de sentar
cátedra en una cuestión de ciencia, al declarar que el Sol se movía alrededor
de la Tierra. Ahora, siglos después, había decidido invitar a un grupo de
expertos para que la asesorasen sobre cosmología. Al final de la conferencia, a
los participantes se nos concedió una audiencia con el Papa. Nos dijo que
estaba bien estudiar la evolución del universo después del big bang, pero que no debíamos indagar en el big bang mismo, porque se trataba del momento de la Creación y por
lo tanto de la obra de Dios. Me alegré entonces de que no conociese el tema de
la charla que yo acababa de dar en la conferencia: la posibilidad de que el
espacio-tiempo fuese finito pero no tuviese ninguna frontera, lo que
significaría que no hubo principio, ningún momento de Creación… Fue en la
conferencia del Vaticano, mencionada anteriormente, donde propuse por primera
vez la idea de que quizás el tiempo y el espacio juntos formen una superficie
que sea finita en tamaño, pero que no tenga ninguna frontera ni ningún borde.
Mi artículo era, sin embargo, bastante matemático, por lo que sus implicaciones
sobre el papel de Dios en la creación del universo no fueron en general
apreciadas en ese momento (tampoco por mí). En la época de la conferencia del
Vaticano yo no sabía cómo utilizar la idea de ‘ninguna frontera’ para hacer
predicciones acerca del universo. Pasé el verano siguiente en la Universidad de
California, en Santa Bárbara. Allí, junto con mi amigo y colega, Jim Hartle,
calculamos qué condiciones tendría que cumplir el universo si el espacio-tiempo
no tuviese ninguna frontera… Me gustaría subrayar que esta idea de que tiempo y
espacio deben ser finitos y sin frontera es exactamente una propuesta: no puede ser deducida de
ningún otro principio. Como cualquier otra teoría científica, puede estar
sugerida inicialmente por razones estéticas o metafísicas, pero la prueba real
consiste en ver si consigue predicciones que esté de acuerdo con la
observación. Esto, sin embargo, es difícil de determinar en el caso de la
gravedad cuántica por dos motivos…” (pp. 156 y 181-182). La cifra corresponde
a: 1 000 000xv.
[17] José María LASO PRIETO: “Nuevas concepciones del universo”: en El
Catoblepas 37 marzo 2005 6 (consulta noviembre de 2006): http://www.nodulo.org/ec/2005/n037p06.htm
[19] La literatura a la que hace referencia este artículo (al cual le he conservado su manera de trabajar el aparato crítico) es la siguiente: “7. Shafer W, Hine M, Levy B: A textbook of oral pathology. 4ª ed. Philadelphia: WB Saunders Company; 1977; 3. Cuairán V, Gaitán L, Hernández A. Agenesia dental en una muestra de pacientes ortodónticos del Hospital Infantil de México Rev ADM 1996; 53: 211-215; 8. Anderson B, Thompson G, Popovich F. Evolutionary dental changes. Am J Phys Anthropol 1975; 43: 95-102; 9. Wallace J. Gingival eruption sequences of permanent teeth in early hominids. Am J Phys Anthropol 1977; 46: 483-493”. En cuanto al artículo de la referencia: Pedro SARMIENTO - Adriana HERRERA: “Agenesia de terceros molares en estudiantes de odontología de la Universidad del Valle entre 16 y 25 años en: Colombia Médica 35/3 (Suplemento 1) 2004, en (consulta enero 2007): http://colombiamedica.univalle.edu.co/Vol35No3supl/body/cm35n3sa2.htm
[20] De San Agustín, Sermo 52, 16: PL 38, 360. De RATZINGER, Joseph (BENEDICTO XVI): Jesús de Nazaret. Desde la Entrada en Jerusalén hasta la Resurrección Ediciones Encuentro – Planeta Madrid 2011 332.
[21] Me inspiro aquí en las reflexiones de Joseph RATZINGER: Jesús de Nazaret, o. c. p. 26, nt. 57,23-25.
[22] Lo cual no quiere decir que absolutamente estuvieron ausentes,
cf. 1 Sm 28.
[23] BENEDICTO XVI: enc. Spe
salvi 10-11, en: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_ben-xvi_enc_20071130_spe-salvi_sp.html#_ftnref5
[24] Hemos observado de primera mano la importancia que tiene para los
seres humanos la pregunta por el sentido, hasta el punto que el “sin-sentido” y
la “desesperanza” son, precisamente, factores que inciden ampliamente en las
depresiones de las personas, y muy especialmente de los jóvenes, y de los
jóvenes universitarios, que, en los casos más graves, los pueden llevar hasta
el suicidio. Entre los síntomas que se suelen describir a este propósito se
encuentran: el bajo estado de ánimo, la disminución notable del interés o del
placer en las actividades, el insomnio o la hipersomnia, la pérdida importante
de peso y/o la disminución del apetito, el retraso psicomotor o la agitación,
el sentimiento extremado de falta de valor o de culpa, la disminución de la
capacidad para concentrarse, pensamientos recurrentes sobre la muerte o el
suicidio.
[25] En pocos lugares de textos de “física” como en el de Stephen
HAWKING: Historia del tiempo. Del Big
Bang a los Agujeros negros RBA Editores Barcelona 1993 he encontrado más
interés y referencias a “Dios” y a la “creación”… para cuestionarlos (diría yo,
más que para negarlos): en las 34 páginas del capítulo 8° de la edición
castellana, en ocho ocasiones (156, 164 por 2 veces, 168, 181 por 2 veces, y
186-187).
[26] Los interrogantes los tomo de una conferencia de Gustavo BUENO,
cuyo reporte hace J. C. Gea bajo el titular: «Las actuales teorías del fin del mundo son obra de científicos ociosos»,
en La Nueva España, Gijón, 18 de junio de 1997, en
(consulta noviembre 2006): http://www.fgbueno.es/hem/1997g18.htm
[27] “Conviene insistir en que se trata del estoicismo a la altura de
Panecio, para quien la Naturaleza (la materia), no sólo no comenzó en el
tiempo, sino que tampoco puede acabar en él. Según Cicerón, en su De rerum
natura, Libro II, 46), Panecio dudaba de la Ekpirosis, es decir de
la conflagración universal que comportaba, según la doctrina del estoicismo
antiguo (y que después recuperaría el mismo Posidonio) el fin del Universo mediante el fuego; el equivalente al Big-crunch de las
cosmogonías de nuestros días”: José María LASO PRIETO: “Nuevas concepciones del
universo”: en El
Catoblepas 37 marzo 2005 6 (consulta noviembre de 2006): http://www.nodulo.org/ec/2005/n037p06.htm
Notas finales
[i] Aquí nos referiremos propiamente a la primera
de estas perspectivas. Con todo, no podemos dejar de señalar muy resumidamente
lo siguiente acerca de la segunda (las postrimerías: muerte, juicio, infierno o
gloria): es necesario estar atentos y vigilantes, porque, en nuestra presente
condición humana, así como es siempre posible acogerse al amor de Dios y, en
consecuencia, de gozarlo en el cielo, de igual modo siempre existe la
posibilidad de rechazarlo totalmente a Él, que es nuestra esperanza: cabe la
posibilidad de la frustración más radical y definitiva de nuestra propia
existencia.
El Papa BENEDICTO XVI se ha referido a esta lamentable posibilidad –
pero verdadera posibilidad – de nuestra existencia y condición en el Encuentro
del 7 de febrero de 2008 con los párrocos y con el clero de Roma: “Usted ha
abordado con razón temas fundamentales de la fe, que por desgracia aparecen
raramente en nuestra predicación. En la encíclica Spe salvi quise hablar precisamente también del juicio final,
del juicio en general y, en este contexto, también del purgatorio, del infierno
y del paraíso. Creo que a todos nos impresiona siempre la objeción de los
marxistas, según los cuales los cristianos sólo han hablado del más allá y han
descuidado la tierra. Así, nosotros queremos demostrar que realmente nos
comprometemos por la tierra y no somos personas que hablan de realidades
lejanas, de realidades que no ayudan a la tierra.
“Aunque esté bien mostrar que los cristianos se comprometen por la
tierra —y todos estamos llamados a trabajar para que esta tierra sea realmente
una ciudad para Dios y de Dios— no debemos olvidar la otra dimensión. Si no la
tenemos en cuenta, no trabajamos bien por la tierra. Mostrar esto ha sido una
de mis finalidades fundamentales al escribir la encíclica. Cuando no se conoce
el juicio de Dios, no se conoce la posibilidad del infierno, del fracaso
radical y definitivo de la vida; no se conoce la posibilidad y la necesidad de
purificación. Entonces el hombre no trabaja bien por la tierra, porque al final
pierde los criterios; al no conocer a Dios, ya no se conoce a sí mismo y
destruye la tierra. Todas las grandes ideologías han prometido: nosotros
cuidaremos de las cosas, ya no descuidaremos la tierra, crearemos un mundo
nuevo, justo, correcto, fraterno. En cambio, han destruido el mundo. Lo vemos
con el nazismo, lo vemos también con el comunismo, que prometieron construir el
mundo como tendría que haber sido y, en cambio, han destruido el mundo.
“En las visitas ad limina de los obispos de los países ex
comunistas veo siempre cómo en esas tierras no sólo han quedado destruidos el
planeta, la ecología, sino sobre todo, y más gravemente, las almas. Recobrar la
conciencia verdaderamente humana, iluminada por la presencia de Dios, es la
primera tarea de reconstrucción de la tierra. Esta es la experiencia común de
esos países. La reconstrucción de la tierra, respetando el grito de sufrimiento
de este planeta, sólo se puede realizar encontrando a Dios en el alma, con los
ojos abiertos hacia Dios.
“Por eso, usted tiene razón: debemos hablar de todo esto
precisamente por responsabilidad con la tierra, con los hombres que viven hoy.
También debemos hablar del pecado como posibilidad de destruirse a sí mismos, y
así también de destruir otras partes de la tierra. En la encíclica traté de
demostrar que precisamente el juicio final de Dios garantiza la justicia. Todos
queremos un mundo justo, pero no podemos reparar todas las destrucciones del
pasado, todas las personas injustamente atormentadas y asesinadas. Sólo Dios
puede crear la justicia, que debe ser justicia para todos, también para los
muertos. Como dice Adorno, un gran marxista, sólo la resurrección de la carne,
que él considera irreal, podría crear justicia. Nosotros creemos en esta
resurrección de la carne, en la que no todos serán iguales. Hoy se suele
pensar: "¿Qué es el pecado? Dios es grande y nos conoce; por tanto,
el pecado no cuenta; al final Dios será bueno con todos". Es una hermosa
esperanza. Pero está la justicia y está también la verdadera culpa. Los que han
destruido al hombre y la tierra, no pueden sentarse inmediatamente a la mesa de
Dios juntamente con sus víctimas. Dios crea justicia. Debemos tenerlo presente.
Por eso, me pareció importante escribir ese texto también sobre el purgatorio,
que para mí es una verdad tan obvia, tan evidente y también tan necesaria y
consoladora, que no puede faltar. Traté de decir: tal vez no son muchos
los que se han destruido así, los que son incurables para siempre, los que no
tienen ningún elemento sobre el cual pueda apoyarse el amor de Dios, los que ya
no tienen en sí mismos un mínimo de capacidad de amar. Eso sería el infierno.
“Por otra parte, ciertamente son pocos —o, por lo menos, no demasiados—
los que son tan puros que puedan entrar inmediatamente en la comunión de Dios.
Muchísimos de nosotros esperamos que haya algo sanable en nosotros, que haya
una voluntad final de servir a Dios y de servir a los hombres, de vivir según
Dios. Pero hay numerosas heridas, mucha suciedad. Tenemos necesidad de estar
preparados, de ser purificados. Esta es nuestra esperanza: también con
mucha suciedad en nuestra alma, al final el Señor nos da la posibilidad, nos
lava finalmente con su bondad, que viene de su cruz. Así nos hace capaces de
estar eternamente con él. De este modo el paraíso es la esperanza, es la
justicia finalmente realizada.
“Y también nos da los criterios para vivir, para que este tiempo sea de
algún modo un paraíso, para que sea una primera luz del paraíso. Donde los
hombres viven según estos criterios, existe ya un poco de paraíso en el mundo,
y esto se puede comprobar. Me parece también una demostración de la verdad de
la fe, de la necesidad de seguir la senda de los mandamientos, de la que
debemos hablar más.
“Los mandamientos son realmente las señales que nos indican el camino y
nos muestran cómo vivir bien, cómo escoger la vida. Por eso, debemos hablar
también del pecado y del sacramento del perdón y de la reconciliación. Un
hombre sincero sabe que es culpable, que debería recomenzar, que debería ser
purificado. Y esta es la maravillosa realidad que nos ofrece el Señor: hay
una posibilidad de renovación, de ser nuevos. El Señor comienza con nosotros de
nuevo y nosotros podemos recomenzar así también con los demás en nuestra vida.
“Este aspecto de la renovación, de la restitución de nuestro ser
después de tantas cosas equivocadas, después de tantos pecados, es la gran
promesa, el gran don que la Iglesia ofrece, y que, por ejemplo, la psicoterapia
no puede ofrecer. La psicoterapia hoy está muy difundida y también es muy
necesaria, teniendo en cuenta tantas psiques destruidas o gravemente heridas.
Pero las posibilidades de la psicoterapia son muy limitadas: sólo puede
tratar de volver a equilibrar un poco un alma desequilibrada. Pero no puede dar
una verdadera renovación, una superación de estas graves enfermedades del alma.
Por eso, siempre es provisional y nunca definitiva.
“El sacramento de la penitencia nos brinda la ocasión de renovarnos
hasta el fondo con el poder de Dios —Ego te absolvo—, que es posible
porque Cristo tomó sobre sí estos pecados, estas culpas. Me parece que hoy esta
es una gran necesidad. Podemos ser sanados nuevamente. Las almas que están
heridas y enfermas, como es la experiencia de todos, no sólo necesitan
consejos, sino también una auténtica renovación, que únicamente puede venir del
poder de Dios, del poder del Amor crucificado. Me parece que este es el gran
nexo de los misterios que, al final, influyen realmente en nuestra vida.
Nosotros mismos debemos meditarlos continuamente, para poder después hacer que
lleguen de nuevo a nuestra gente.” En: en: http://212.77.1.245/news_services/bulletin/news/21647.php?index=21647&po_date=07.02.2008&lang=sp
También se refirió a las
“imágenes”, visuales o táctiles, difundidas del “infierno” el Card. Gianfranco
RAVASI, presidente del Pontificio Consejo de la Cultura del Vaticano: “el
infierno no debe ser representado con las llamas sino con el hielo, porque es
la ausencia de amor, el terror y el rechinar de dientes": “Descarta Vaticano que haya
fuego en el infierno”, en El Universal,
8 de abril de 2008 (consulta abril 2008): http://www.eluniversal.com.mx/notas/496703.html
[ii] Veamos someramente algunas de ellas empleando fuentes
conocidas. “Las diversas religiones se han ocupado del asunto. Para
el Budismo, aunque se tiene la noción del cielo e infierno, ningún creyente
permanece eternamente en ellos.
“Por su parte, para el
Hinduismo, existe una escatología de los universos materiales, que se destruyen
cíclicamente. Existe una destrucción parcial del universo, que sucede cada
final del día de Brahmâ (cuando este dios se duerme, al final de cada uno de sus
fantásticamente largos «días») y sucede una destrucción total de todos los
universos, cuando Vishnu los «aspira» en su ciclo respiratorio, cada 100 años de Brahmâ.
También hay una escatología personal, cuando el alma espiritual abandona el
cuerpo material en el momento de la muerte. Recibe un juicio por parte del deva Iamarásh (el regente de la muerte), quien de acuerdo con su
buen o mal karma ('actividades'
pasadas) recibe una pena: volver a nacer en algún planeta de este universo. Si
el alma se comportó bien, irá a nacer en un planeta superior paradisíaco (el
cielo o suarga), y una vez que haya "gastado" su buen karma (una vez que
haya gozado lo suficiente) tiene que volver a nacer en este planeta. Si el alma
se comportó mal, irá a nacer en un planeta inferior infernal (el infierno o Patala), y una vez que haya "quemado" su mal karma (una vez que
haya sufrido lo suficiente) tiene que volver a nacer en la Tierra. En estado de sueño profundo, el alma cae a la Tierra en forma de lluvia, y si cae en
tierra cultivada, entra en las plantas y queda adosada a los granos (de trigo,
arroz, etc.). Si es comida por un ser humano masculino entra en sus
espermatozoides y si le corresponde ser hijo o hija de ese ser humano en
particular, por "azar" será el espermatozoide que fecunde al óvulo y
se convertirá en un embrión. Según las Escrituras hindúes, el alma se despierta
dentro del útero materno. Los hindúes incluso creían que el útero era una parte
del intestino, por lo que el feto estaba rodeado del excremento de la madre. De
esta manera el alma experimenta varios meses de terribles sufrimientos, que
finalmente le hacen perder la memoria y la inteligencia. Los hindúes creen que
es posible interrumpir este proceso eterno de reencarnación bajo
ciertas circunstancias, como la quema del cuerpo del difunto.
“Una religión muy antigua,
procedente de Persia, es el Mazdeísmo o Zoroastrismo. Dentro del contenido
religioso del mazdeísmo, Zoroastro describió con gran detalle la llegada del juicio
final con el último enfrentamiento entre Ahura
Mazda (el Bien) y Angra Mainyu (el Mal), que
produciría grandes catástrofes y aceleraría la llegada de un salvador,
descendiente del linaje del propio Zoroastro, quien sería el encargado de
llevar a la victoria a las fuerzas del Bien. En el juicio final se decide el
destino de la humanidad y la reconciliación entre una parte de ésta y Ormuz (el
Bien), que conlleva el fin del Mal.
“Muy similares son las
escatologías del Judaísmo, del Islam y del Cristianismo. El pueblo hebreo cree
que su historia ha sido dirigida por Dios Yahvéh en cumplimiento
a la promesa al caldeo Abraham. Por medio de eventos históricos como el Éxodo (la vuelta a Palestina desde el exilio
en Egipto)
o la Diáspora (el exilio provocado por la invasión romana). Los acontecimientos del fin del mundo son
similares en el judaísmo y el cristianismo: la abominación del Templo de Jerusalén, la
nueva creación, el juicio final y el gobierno divino, que incluye la llegada
del Mesías.
En el Islam,
por su parte, la fe cuenta para el destino del creyente y cuando dicho
creyente haya fallecido, conoce en persona a Dios y es conducido al paraíso, no sin antes
recorrer el Infierno. Para los impíos, el destino es sufrir en su propia tumba
hasta llegar el juicio final, donde se decidirá su suerte. Como en el cristianismo y el judaísmo existen creencias
escatológicas como la recompensa de las almas, el purgatorio (similar al católico), el Anticristo (Al-Dajjah) y el Mesías (Madhí).
“Con todo, no son las
religiosas las únicas versiones que tiene la escatología. A pesar de que el marxismo es una ideología netamente filosófica, posee una
especie de escatología de carácter intraterreno, si se tiene en cuenta la
historia de la humanidad en términos del pensamiento económico marxista en
todas sus formas (esclavitud, feudalismo, mercantilismo, capitalismo, socialismo y comunismo). En el proceso de la lucha
de clases, se pretende llegar a una
sociedad igualitaria en la que el pueblo asume el control (de manera benéfica)
no sólo de los medios de producción, sino de todos los aspectos de la vida.
Pese a ello, el marxismo como filosofía es materialista y, como hemos visto, niega toda forma de
trascendencia espiritual como p. ej., la existencia de los dioses y de los espíritus.
“En los tiempos actuales
no es poco común que el tema se presente también desde “nuevas” vertientes, lo
que demuestra la universalidad de la pregunta, y la necesidad de responderla.
Para muchos, a la hora de pensar en el devenir del hombre o de la historia, no
siempre es necesario hablar de escatología, según como se mire en la realidad y
en las posibilidades del futuro tanto general como particular desde los
contextos de la ciencia hasta los del esoterismo y la utopía; si bien se basa en los acontecimientos que ocurren
en la realidad y su respuesta en el porvenir de los tiempos. Se puede
considerar escatología, p. ej., a la utopía del comunismo mundial (desde el
punto de vista de los comunistas), la guerra nuclear total (especialmente
esperada durante la guerra fría entre Estados
Unidos y la ex Unión Soviética en los
años cincuenta) o el final del sistema solar (un hecho plausible que sucederá dentro de varios
miles de millones de años).” Véanse los artículos completos en (consulta noviembre
2006): http://es.wikipedia.org/wiki/Fin_del_mundo
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